- por neuronea
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En Neuronea Play! apostamos por los talleres basados en juegos de mesa modernos, utilizándolos como herramienta para favorecer el desarrollo de multitud de habilidades y competencias a través del juego.
Actualmente disponemos de un grandísimo abanico de juegos de mesa modernos que nos permiten trabajar uno o varios aspectos cognitivos y emocionales de una forma diferente y divertida, basándonos en algo que nos gusta a todos: jugar.
En el artículo de hoy proporcionaremos una leve pincelada sobre algunas de las áreas que podemos trabajar utilizando juegos de mesa modernos. En concreto, nos vamos a centrar en el desarrollo emocional y en el impacto que estos talleres tienen en estos aspectos.
Dentro del desarrollo emocional, centrado en controlar nuestras reacciones a las emociones propias y ajenas. Este concepto está muy relacionado con la satisfacción personal experimentada a lo largo de la vida. Daniel Goleman popularizó el término de la inteligencia emocional, planteado por diversos autores previos [Salovey y Mayer, 1990]. Goleman definió cinco competencias emocionales claves, que enumeramos a continuación con una breve explicación:
- Auto-conocimiento: Identificar fortalezas y debilidades propias.
- Autorregulación: Capacidad de controlar las emociones para adecuarlas al momento y lugar.
- Motivación: Lo que mueve al individuo a perseguir logros, con entusiasmo y ambición, anteponiéndose a cualquier obstáculo.
- Empatía: Poder conectar con lo que está viviendo o sintiendo otra persona.
- Habilidades sociales: Establecer relaciones positivas con el resto de componentes de la sociedad.
Veamos ahora cómo podemos trabajar estos aspectos mediante el juego, con ejemplos concretos:
- Auto-conocimiento: Podemos identificar qué se nos da bien y qué aspectos debemos trabajar. Por ejemplo, conocer nuestra capacidad de cálculo en juegos como “Ensalada de puntos” o “Sushi Go!”, u otros que requieran destrezas visio-espaciales como “Ubongo”. Con la gran variedad de juegos actuales podemos identificar fácilmente en qué áreas debemos trabajar o cuáles dominamos.
- Autorregulación: Juegos donde se requiera la gestión de la frustración, ya sea bien por errores cometidos por uno mismo (i.e: no plantear la mejor estrategia considerando las cartas en la mesa, como en “Toma 6”) o por tentar a la suerte demasiado (i.e: perder el turno en “Piko piko”).
- Motivación: Obtener la mejor puntuación (i.e: Conseguir los retos más valiosos en “La morada maldita”) o conseguir el objetivo común entre todos (i.e: Salvar al mundo de una pandemia en “Pandemic”) favorecen la creación de metas alcanzables y trabajan directamente sobre la motivación.
- Empatía: Los juegos nos plantean muchas situaciones donde podemos empatizar con el resto, por ejemplo tratando de entender sus pensamientos y mecanismos de razonamiento (i.e: “Dixit”) o planteando historias de forma conjunta, dejando espacio para que cada uno se exprese libremente (i.e: “Story cubes”).
- Habilidades sociales: Los juegos de mesa modernos nos plantean una actividad eminentemente social, ya que nos reúnen alrededor de una mesa y nos permiten compartir un momento “analógico” con otras personas, conocidas o por conocer, que implica interacción social a través de la comunicación verbal (i.e: Transmitir pistas para encontrar la palabra adecuada en “Código secreto”) y no verbal (i.e: Descubrir quienes son los “forajidos” en “Bang!”).
Como se puede observar, los juegos de mesa son una herramienta muy útil para desarrollar todas estas competencias emocionales, siendo su análisis el objetivo de diversos estudios con resultados muy positivos [1,2].
Además, el desarrollo de estos talleres impacta directamente en el bienestar de las personas que intervienen, disfrutando de momentos divertidos y en ocasiones inolvidables, como todo buen jugador sabe.
En próximos artículos seguiremos explorando cómo los juegos de mesa modernos permiten desarrollar multitud de aspectos y competencias.
Mientras tanto…¡a Neuronear!